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Fotoprotección. Qué es, cómo funciona y cuáles son las dudas más habituales

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El sol produce rayos visibles e invisibles. Los rayos invisibles, conocidos como ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB), dan lugar al bronceado, quemadura solar y al daño solar.

Es importante saber que ninguna radiación ultravioleta es completamente inofensiva. 
La exposición solar aguda da lugar a la quemadura solar, que en la infancia puede originar serias consecuencias como la aparición del cáncer cutáneo en la vida adulta. La protección solar o fotoprotección, previene el daño cutáneo producido por el sol.

La fotoprotección debe hacerse con prendas adecuadas como gorras, camisetas y gafas de sol, que hacen de pantalla frente a las radiaciones solares, y con la aplicación de las cremas fotoprotectoras. Debemos evitar la exposición solar, incluso con fotoprotectores, en las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 horas, cuando los rayos solares son más intensos.

¿Qué son los fotoprotectores y cómo funcionan?

Los fotoprotectores son sustancias que al aplicarlos sobre la piel atenúan los efectos de las radiaciones solares. Los fotoprotectores pueden ser físicos o químicos.
 Las pantallas físicas están constituidas por partículas ultrafinas; las dos más utilizadas son el dióxido de titanio y el oxido de zinc, que actúan dispersando los rayos solares. Las pantallas químicas están constituidas por diversos agentes químicos que absorben las radiaciones solares.

Los fotoprotectores de amplio espectro protegen frente a rayos UVB y UVA. Actualmente, prácticamente cualquier tipo de fotoprotector se encuentra disponible en crema, loción, gel, spray, stick labial o en barra.

¿Qué es el FPS?

En todos los envases de fotoprotector podemos encontrar el factor de protección solar (FPS o SPF). El FPS es un índice que nos da idea del tiempo que podremos permanecer expuestos al sol sin riesgo de sufrir una quemadura. Teóricamente, mientras mayor sea el FPS, más alta será la protección frente al sol. Por ejemplo, dependiendo del tipo de piel (fototipo), si un individuo es capaz de permanecer el primer día de exposición durante 20 minutos al sol sin quemarse, la elección de un fotoprotector con FPS 30 le proporcionará una protección 30 veces superior. El FPS indica, por tanto, el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al eritema, por lo que nos proporciona información sobre la protección frente a la radiación UVB, pero en la mayoría de los casos no informa sobre la protección frente al resto de radiación (UVA y UVC).

En general, tu dermatólogo te aconsejará el uso de fotoprotectores con FPS superior a 30. No tienen por qué ser un fotoprotector de venta en farmacia.

¿Cómo debe aplicarse un fotoprotector?

No es suficiente con la adquisición y aplicación de un fotoprotector. Está demostrado que la aplicación incorrecta de un fotoprotector hace que este pierda hasta un 50% de su capacidad protectora. Por ello, es conveniente seguir una serie de consejos simples para su aplicación:

  • Aplicar el fotoprotector 30 minutos antes de la exposición solar.
  • Reaplicar el fotoprotector al menos cada dos horas y después del baño o ejercicio 
intenso, especialmente si se trabaja al aire libre.
  • Aplicar cantidad suficiente de fotoprotector. Como norma, utilizar aproximadamente 
la mano llena para su aplicación en todo el cuerpo (aprox. 28 gramos), aplicándolo 
incluso en pabellones auriculares y labios. Sólo deben evitarse en los párpados.
  • El fotoprotector debe aplicarse también en los días nublados. En lo posible 
debemos buscar la sombra.
  • Aplicarlo en todas las zonas expuestas al sol, incluyendo pabellones auriculares, 
hombros y la parte posterior de rodillas y piernas.

¿Y los niños? ¿Por qué es tan importante la fotoprotección en la infancia? 

  • El 80% de la radiación solar que recibiremos a lo largo de nuestra vida se recibe durante los primeros 18 años de vida. Por ello, la fotoprotección en estos años es muy importante para prevenir la aparición del cáncer cutáneo en la edad adulta.
Las quemaduras solares durante la infancia y la adolescencia son un importante factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel en la vida adulta. 
Aunque básicamente deben seguirse las mismas medidas desarrolladas para el adulto, durante la infancia deben tenerse en cuenta las siguientes recomendaciones:
  • Por debajo del año de vida debe evitarse la exposición solar directa, aprovechando la sombra y utilizando ropa adecuada y gorros protectores. En este sentido la ropa de algodón refleja el calor y ayuda a mantener el frescor. Debe recordar que el uso de fotoprotectores está contraindicado en menores de 6 meses.

    Existen fotoprotectores específicos para estas edades “pediátricos”, compuestos fundamentalmente de filtros físicos, también llamados minerales, resistentes al agua.

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